LA PANDEMIA


Construir un juicio asertivo sobre la pandemia de COVID 19 resulta complejo porque cada quien hablará desde su experiencia personal y apoyado en sus emociones, conductas y necesidades más básicas o elaboradas. En mi caso particular estoy nutrido de mucha información porque la busco para armar un razonamiento propio, no pienso a través de memes ni de síntesis ajenas. Hay tantas versiones de la pandemia como contagiados, están desde los que niegan que es una enfermedad zoonótica y desconocen los cientos de pestes semejantes que han existido en la historia hasta quienes creen que un país va a paralizar y destruir su economía solo por obedecer los dictámenes de un club de poderosos. Ni la patente de la vacuna servirá para paliar los estragos que esta situación tendrá por muchos años más en la economía mundial, la salud, la geopolítica, etc.


En mi empresa empezó a mermar el trabajo cuando los hospitales que atienden a gran parte de nuestros huéspedes dejaron de dar consulta. Luego vino la orden oficial del gobierno de cerrar y de ir notificando a los huéspedes que dejaríamos de dar servicio. Los últimos huéspedes fueron un grupo de turistas peruanos que esperaban ser repatriados y al menos sobre 2 de ellos se fundó la primera sospecha de contagio de COVID 19 cercana a mí y mis compañeros hasta el momento.

Con los días vinieron los cambios de horario, las guardias en un hotel vacío, las múltiples llamadas de y a clientes que necesitaban seguridad en sus reservaciones pagadas y reagendar 1 y hasta 3 veces. Con las semanas llegó la inquietud por la expansión del virus, por la desolación de las calles y las justificables preocupaciones económicas de mi círculo más próximo y un aspecto que no puede esconder el proceso lógico de una epidemia: las noticias de otros países y que traen además las vivencias de amigos, conocidos y familiares desde varias semanas antes.


La empresa prometió no dejar a nadie sin su puesto de trabajo, eso ha sido una garantía digna de agradecimiento pero semana a semana las propuestas se iban desinflando buscando el acomodo lógico de una empresa acorralada para maniobrar sin ingresos. Es tremendo comprometerse a pagar los salarios cuando un evento impredecible te deja sin clientes y te obliga al confinamiento y el gobierno se niega a condonar impuestos y el pago de servicios, o peor aun, que una  lista negra en los medios de comunicación sea la amenaza efectiva para que asumas la paternidad de los ciudadanos que el estado no puede alimentar en una catástrofe…todo viene de cabeza simplemente porque no existe el seguro de desempleo. Y aun así la empresa sigue apostando a su fuerza de trabajo y está pagando los sueldos sin que los colaboradores trabajen.  Yo entiendo que estos últimos al menos por compromiso ético esten al pendiente de sus compañeros, de los comunicados por distintos medios de comunicación aunque sea con un “OK”. Esa apatía, falta de liderazgo y pereza por afianzar relaciones humanas tal vez es lo que más me ha sorprendido y lamento. Entiendo el dolor y las carencias y la incertidumbre y todos los trastornos que puede ocasionar esta situación pero hay que afrontar que no es una empresa con asesoría psicológica, a duras penas tiene un botiquín. Es tiempo de agregar la gota propia a una economía en cuentagotas. Acá y ahora es donde entra la habilidad de cada quien para no vivir al día ni mucho menos en diferido debiendo a 12 meses lo que comeremos hoy.





Hay que buscar soluciones, plantear propuestas, encarar las situaciones y encontrar el apoyo para combatirlas. El compromiso, el afecto y  la empatía no se pueden sentir en la piel de otros, te inunda o no y es el momento de hacer; así sin permisos y de manera espontánea buscar a quien más confianza te inspire, no perder el humor, poner en palabras, discutir; repito: no perder el humor. Puede que te digan no, puede que te agradezcan y nada más o que tal vez solo tú sientas orgullo de lo que estás haciendo…pero ponte a hacer tu puta parte.


EL RETORNO: http://bienestarsocial.mx/coronavirus/ftr_laboral.html

TODA LA INFORMACIÓN, CURSOS, ETC: https://coronavirus.gob.mx/

CALCULADORA IMSS: http://www.imss.gob.mx/covid-19/calculadora-complicaciones

MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS:
https://climss.imss.gob.mx/cursos/covid5/recursos/LC%20para%20micro%20y%20peque%C3%B1a%20empresa.pdf

MEDIANAS EMPRESAS:
https://climss.imss.gob.mx/cursos/covid5/recursos/LC%20para%20medianas%20empresas.pdf

GRANDES EMPRESAS:
https://climss.imss.gob.mx/cursos/covid5/recursos/LC%20para%20grandes%20empresas.pdf

NUEVOS LINEAMIENTOS:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/552550/Lineamientos_de_Seguridad_Sanitaria_F.pdf?fbclid=IwAR1ZDmb_-6xq376g-uzCZa9PORYpbN4qzeUL3xcqnDtG9feZEtaOzkNt0wc







PÁSELE GÜERITO, QUÉ LE VENDO

Sin ánimo de ser catastrofista debo decir "la cosa está de la chingada"

Hoy debí salir por frutas y verduras porque obviamente en algún momento me quedaría sin provisiones en la casa. Lo que vi fue gravísimo. El mercado atestado de gente, la mitad de la gente sin cubrebocas, otra gran cantidad usándolo de cubrepapada y nunca han de faltar los que traen el inútil cubreboca con la boca del Joker estampada en un color que apenas se distingue bajo la mugre. El carnicero, el pollero, el tortillero, la chica de las frutas y verduras y la de la cremería incapaces de medir la distancia entre las cruces que hicieron en el piso con cinta aislante y los clientes obedientes situándose justo sobre las cruces a 50 cms una de la otra por aquello casi de Pavlov de que "ahí está el signo" y es lo indicado.



Mi indignación se incrementó cuando vi dos perros parados sobre las dos patas traseras olfateando los pollos llenos de moscas que se ofrecían a 4 metros del local donde en ese momento compré una pulpa de vacuno que una charlatana y ágil carnicera me empacaba mientras me contó porque ya no les permiten tener un tronco de madera para filetear la carne. Los despistados amos de los caninos muy metidos en sus celulares adorando la vida de aquellos que no se la viven en pijamas.

No vi lavado constante de manos, no vi gente disputando el turno para usar el gel antibacterial o el hand sanitizer (del inglés, único lugar donde es común y aceptada la palabra sanitizer), no vi el uso obligatorio de un efectivo y eficaz cubrebocas. Cómo les cuento, que ni siquiera  se ha presentado una autoridad a exigirles que las marcas en el piso para su sana distancia van a 1,5 metros. Dónde vamos a ver personal sanitario o del que sea, exigiendo cumplir con las medidas básicas si hasta la policía se ha reducido a la mitad del personal por causa de la obesidad y otras enfermedades.






                                                      (los terribles números de hoy)


Volví a casa muy decepcionado, abatido de ver tanta pereza y desidia. Pero eso no fue lo más lamentable, hoy tuve que cambiar de puesto para comprar frutas y verduras porque el dueño del local donde compro siempre murió hace 15 días de Covid-19 y yo sin saberlo porque me la he pasado encerrado.